Por Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga

Cuando arrancó este año 2023, en Fundación Colunga nos planteamos un desafío: contar con decisión el trabajo que hacemos por el bienestar de la niñez en Chile. Parte de los caminos que trazamos fue apostar, innovar y desarrollar una plataforma de contenido dedicada a visibilizar cómo son las vidas de los niños y niñas de nuestro país y cómo, trabajando todos juntos, podemos hacer un cambio positivo en ellas. Estas historias muestran problemas, desafíos, sueños y esperanzas a través de la voz de sus protagonistas y de personas que han rodeado sus procesos de transformación. Luego de meses de trabajo, esta plataforma es una realidad.

¿Por qué darle voz a las historias de la niñez y adolescencia? Porque si bien la niñez vive un momento clave por estos días, sus desafíos siguen siendo poco visibilizados, poco discutidos, poco conversados. Revertir esta situación es una oportunidad; estas historias son la prueba que necesitamos para construir en la política, la academia y la opinión pública un objetivo común que ponga a las niñas, niños y adolescentes en el centro del desarrollo de Chile.  

Son tiempos inciertos para ser niña, niño o adolescente en Chile. Porque sus temas, que son urgentes, no logran encontrar suficientes espacios de conversación y discusión. En Colunga queremos aportar para que esto cambie

En los últimos tres años, existen datos que demuestran que la realidad de la niñez y la adolescencia en nuestro país se ha vuelto cruda. Más de 700 mil niñas, niños y adolescentes viven en hogares en situación de pobreza por ingresos; más de 260 mil en situación de pobreza extrema y poco más de 186 mil no están recibiendo educación formal. Datos de Unicef confirman que el 71% de la niñez y la adolescencia es víctima de algún tipo de violencia de parte de sus cuidadores; 51,5% sufre algún tipo de violencia física y 25,9% sufre de violencia física grave, algún daño psiquiátrico severo o consumo de drogas. Como el mundo no para, a esta realidad se han sumado los problemas que trajo la pandemia, las diversas crisis económicas, el cambio climático… Y así, suma y sigue.  

Son tiempos inciertos para ser niña, niño o adolescente en Chile. Porque sus temas, que son urgentes, no logran encontrar suficientes espacios de conversación y discusión. 

En Colunga queremos aportar para que esto cambie. 

A lo largo de una década de trabajo, nuestra principal vía de acción ha sido fortalecer la sociedad civil enfocada en la niñez. Creemos firmemente en el poder transformador de estas organizaciones, ya que son ellas quienes -a través de su trabajo especializado y comprometido-, generan un impacto directo en la realidad de niñas, niños y adolescentes, así como en las comunidades que los rodean. Trabajamos codo a codo con estas entidades, reconociendo su papel fundamental para cambiar vidas.

Ahora, ¿cómo convencemos quienes toman decisiones que el fruto de este trabajo puede dar luces de soluciones públicas que mejoren la calidad de vida de la niñez a largo plazo? Nuestro camino son las historias. Historias de transformación que las organizaciones de la sociedad civil han podido vivenciar a través de los años. Y es que estas muestran el transcurso de la superación de los desafíos con miras hacia un bienestar posible.  

¿Cómo convencemos quienes toman decisiones que el fruto de este trabajo puede dar luces de soluciones públicas que mejoren la calidad de vida de la niñez a largo plazo? Nuestro camino son las historias.

Desde Fundación Colunga presentamos nuestra nueva plataforma de contenido, con el propósito de levantar un espacio donde las historias posicionan a la niñez y a la adolescencia dentro de la agenda pública y social. Son historias que pondrán sobre la mesa testimonios, datos contundentes, análisis de expertos en la materia y también la voz de niñas y niños. 

El camino de transformación que impulsamos es una cadena virtuosa donde el primer paso es sensibilizar. Solo así lograremos posicionar a la infancia como una conversación que socialmente debemos tener de manera constante.