Russelet Cyrille: Hacer comunidad ¡Se puede! #TerritorioComún

25 de Julio, 2022
Comunicaciones Fundación Colunga

Russelet Cyrille (45) llegó a Chile desde Haití en 2016. Con dos carreras profesionales como Cientista del Desarrollo Comunitario y Teólogo, vino a este país en busca de una mejor educación para sus hijos. “Fue un sacrificio personal importante”, cuenta, “porque yo en ese entonces trabajaba en las Naciones Unidas, y podría haber seguido mi carrera en Estados Unidos. Pero ahí no podía llevar a mi familia, y como ellos van primero, decidimos venir a un país que les pudiera ofrecer una mejor educación, pero también el poder estar todos juntos”.

Cuando llegaron, Russelet vivió los problemas que aquejan a la mayoría de los migrantes: “Yo venía con estudios, sabía 5 idiomas, y eso te hace pensar que vas a encontrar un buen trabajo. Pero no fue así”, dice. Meses después, tuvo que entrar a estudiar de nuevo, y escogió la carrera de Trabajo Social en la Universidad Católica. Sin embargo, asegura que rehacer su educación no fue lo que más le impactó. 

“Lo que estábamos viviendo mis compatriotas y yo era muy duro, y en ninguna parte había una instancia para ir a hablar sobre los problemas que estábamos enfrentando los haitianos. Yo quería que conversáramos, que nos organizáramos, una tarea que tampoco era fácil, porque nosotros venimos de un país donde hay mucha corrupción y es difícil confiar en los líderes, vengan de donde vengan”, cuenta Russelet. 

Por eso fundó la Corporación de Pastores Haitianos en Chile, organización que une a 7 iglesias en distintos barrios de Santiago para organizar a la comunidad. Han realizado hitos importantes como las ollas comunes durante la pandemia, talleres de idiomas para aprender español, inglés y creole, y cursos de alfabetización digital para que familias, niñas, niños y adolescentes pudiesen adaptarse al teletrabajo y al estudio remoto. 

Para lograrlo Russelet ha recorrido un camino de muchos aprendizajes, los cuales le han permitido fortalecer su labor comunitaria. Según cuenta, desde que empezó a ser parte del directorio local de Territorio Común en San Bernardo, su liderazgo se potenció. Mi objetivo es ver cómo funciona Chile, cómo uno puede conseguir ayuda con los recursos para levantar proyectos para las comunidades. Me he dado cuenta que no es tan fácil, pero yo pienso que sí se puede”, cuenta.

En esa ruta de formación, Russelet destaca el tener la posibilidad de que su comunidad sea la que decida lo que necesita. “El aporte de Territorio Común es considerable en el ámbito de la dignidad. No te imponen un proyecto, sino que te acompañan, te enseñan a liderar para que luego tú y tu comunidad puedas continuar creciendo. El método de trabajo que tienen ellos y con los equipos que forman, con los chiquillos disponibles y dispuestos a ayudar, es súper inspirador para los líderes que estamos aprendiendo”, dice. 

Junto al equipo, hoy están trabajando en el proyecto “Mi Barrio Cuenta”, que se estará realizando durante los tres primeros sábados de agosto en San Bernardo. A través de él quieren recuperar el espacio público de los barrios de la comuna través de murales escogidos y pintados por las vecinas y vecinos. “La idea es ver cómo se puede cambiar la visión que tiene la gente de su propio barrio, promoviendo que no hay necesidad de abandonarlo porque haya delincuencia, por ejemplo, sino que cada uno puede aportando a cambiar la vista del barrio también con sus vivencias e ideas”.

Para más información sobre la iniciativa impulsada por Fundación Avina, Fundación Colunga, Fundación Fibra, Fundación Mustakis, Fundación Olivo y Fundación YA, Servicio País, Urbanismo Social y Fundación Don Bosco Chile, visita www.territoriocomun.org. 

 

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