Paulo Egenau: “Colunga acompaña, asesora, vincula, genera redes, es un gran promotor y potenciador de la fortaleza de la sociedad civil”

5 de Noviembre, 2018
Comunicaciones Fundación Colunga

Los aprendizajes de dos proyectos realizados en alianza con Fundación Colunga y dirigidos a jóvenes en exclusión son ejemplos de cómo desde la sociedad civil se pueden cambiar paradigmas sobre la oferta de programas del Estado. Conversamos con Paulo Egenau, Director Social del Hogar de Cristo. 

Foto: Agencia Blackout

¿Cómo comienza el trabajo conjunto con Colunga?

Mi primer vínculo con Colunga fue a partir de la investigación de un programa de trabajo con jóvenes de un sector de pobreza extrema, que se organizan en las esquinas, que están excluidos del sistema escolar, con problemas familiares importantes y en contexto de mucho riesgo. Hicimos un trabajo en la IV Región, nos fuimos a la calle a estar con los jóvenes. Creamos el programa La Esquina, lo evaluamos externamente con una universidad y publicamos el libro “Nada sobre nosotros sin nosotros”, refiriéndose a que no podemos seguir pensando y construyendo políticas públicas o programas sin la más absoluta participación de los propios jóvenes.

Este libro, publicado en colaboración con Colunga, sistematiza la evidencia internacional y la teoría sobre nacer y crecer en pobreza. Explicita la metodología, evalúa y hace algunas propuestas y recomendaciones para el desarrollo de este tipo de servicios y programas en los sectores más pobres en distintas regiones del país.

Ahora trabajan en otro proyecto…

Lo que hicimos como Hogar de Cristo, a mediados de 2015, fue evaluar el funcionamiento de las ocho residencias de protección de niños que administrábamos. Los resultados fueron bastante malos, a pesar de los esfuerzos y los recursos que habían destinado para tener altos estándares de atención.  Ahí surge entonces la inquietud, bueno, ¿qué es lo que tenemos que hacer?

Hicimos un trabajo de por lo menos un año de recopilación de evidencia internacional. Terminamos publicando el libro “Del dicho al derecho” que lo que hace es sentar las bases para residencias terapéuticas basadas en evidencia, identificando estándares de calidad en distintas dimensiones. A partir de eso construimos el modelo técnico y empezamos a ver la posibilidad de implementar dos residencias piloto para evaluar si esta modalidad efectivamente tiene resultados positivos en la vida de los jóvenes.

La implementación de estos pilotos requería financiamiento, que queríamos que fuera independiente del gobierno para poder mantener la autonomía y la independencia. Colunga aceptó inmediatamente la propuesta con la aspiración de generar un escenario apto para poder ofertar como país, como política pública, un modelo de residencia terapéutica basado en evidencia y evaluado de manera externa e interna.

El estándar de las residencias que están desarrollando ¿hacia dónde apunta?, ¿dónde están los grandes cambios?

Se transforman en residencias personalizadas y especializadas, ya que tienen capacidad máxima de diez jóvenes por residencia. Una de hombres en Santiago y una de mujeres en Viña del Mar. De esta forma se transforman en un espacio de intimidad, de afecto, de vínculo, como mi casa, mi hogar. Hay todo un reformulamiento de los espacios.  

Otra dimensión importantísima es el tema de los equipos. El ratio equipo o cantidad de profesionales versus niños y jóvenes aumenta de manera significativa. Hoy día la metodología propone un tutor, internacionalmente se habla de key worker, por cada tres niños.  Hay duplas sico-sociales para trabajar en familia, que se focalizan en el trabajo específico de revinculación familiar y superación de trauma, un equipo terapéutico y un abogado al interior a cargo del trabajo con tribunales de familia.

La sociedad civil puso la crisis del Sename en ese lugar de relevancia para que hoy vaya encontrando el camino hacia la luz. ¿Cual es el rol de la sociedad civil?

Estamos convencidos de que en la medida que el mundo académico, la sociedad civil, los privados, los medios de comunicación, y los gobiernos trabajan de manera colaborativa, las propuestas de política pública terminan siendo mejores desde el punto de vista de los usuarios. Hay menos espacio para el abuso, para la manipulación política, para generar sistemas iatrogénicos, de mala calidad, desfinanciados y en condiciones precarias.

Foto: Hogar de Cristo

¿Qué papel crees tú juega Colunga en la sociedad civil?

Colunga no sólo tiene la particularidad de apoyar, dar viabilidad concreta y objetiva, con presupuesto y apoyo técnico, a algunos pilotos que creemos están bien construidos para la incidencia en política pública, en el ámbito de la educación, en el ámbito de la pobreza y la exclusión social de los jóvenes, sino que también se transforma en un semillero que promueve e intensifica la consolidación de nuevas organizaciones de la sociedad civil. Es un semillero que alberga, financia e incorpora dentro de su mismo espacio físico, ideas, innovaciones, estrategias que se van consolidando en distintos ámbitos. Colunga acompaña, asesora, vincula, genera redes, es un gran promotor y potenciador de la fortaleza de la sociedad civil. En eso se han destacado, están articulando, generando conversatorios, traen especialistas internacionales, vinculan a organizaciones que no se conocen, financian, promueven que estos sueños comiencen a tener la posibilidad de transformarse en realidad. 

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