12 de Noviembre, 2019
Comunicaciones Fundación Colunga

“La paz no es solamente la ausencia de conflicto, sino que es la colaboración humana”, señala el experto internacional en resolución de conflictos, Alfredo Zamudio, Director del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo de Noruega, quien ha difundido algunas claves para orientar el diálogo en estos difíciles días que vive nuestro país.
13 pasos para el buen diálogo
- Incluye a los participantes en la planificación: El diálogo es un proyecto común y no tolera agendas ocultas. Los intentos de manipular destruyen el diálogo. Todos los que van participar deben ser incluidos y decidir sobre los objetivos, temas, formas de trabajo y plazos. Así se crea confianza y sentido de propiedad en el proyecto.
- El diálogo para conocerse: No hay que comenzar el diálogo con las diferencias y los argumentos, sino con compañerismo, con las historias de vida, porque somos mucho más que nuestras opiniones y diferencias.
- Busca la equidad: El respeto debe ser igual para todos. Hay que dejar de lado los títulos y dedicar la misma cantidad de tiempo para hablar todos.
- Empieza por los temas más fáciles: Trepa la pirca por el lugar más bajo, porque así aprendemos que es posible cruzar, incluso cuando los obstáculos sean más difíciles.
- Escucha activamente: Cada diálogo requiere de voluntad y capacidad para escuchar. Ser ignorado siempre se siente humillante y doloroso. El diálogo necesita de la escucha activa para comprender al otro.
- Haz buenas preguntas: Aquel que cree saberlo todo, no tiene nada para preguntar. Alguien que escucha activamente hace preguntas abiertas y tienen un qué, cómo, cuándo, porqué. Se debe interpretar de la mejor manera posible las respuestas que nos dan.
- No obligues a nadie a pensar como tú: La intención del diálogo no es obligar o persuadir al otro para que cambie de opinión; esa es la función de la propaganda. Los valores que son presionados de parte de grupos externos, suelen tener el efecto contrario.
- No acuses al otro de puntos de vista que no tiene: Nadie debe hablar sino por uno mismo y todos deben tener tiempo y acceso a explicar y argumentar sus propios puntos de vista.
- Compara ideales y prácticas: Solemos comparar el brillo de nuestros ideales con los fracasos de los otros. Para tener una imagen más real de nuestras acciones y valores, debemos comparar en forma sincera nuestros propios ideales con los de ellos, así como nuestras propias prácticas.
- No aceptes sin mente crítica los argumentos del otro: La tolerancia significa que debemos aguantar, pero no necesariamente aceptar lo que dicen los otros. Me esfuerzo para entender la forma de pensar de otras personas y tener un concepto más amplio de la realidad, pero es necesario desafiar abiertamente lo que no entendemos o no aceptamos.
- Sé sincero y abierto, pero pon tus límites: La sinceridad no es lo mismo que ser hablador. No hablamos de todas las cosas con cualquier persona. Algunas cosas de la vida las mantenemos privadas. Hay que tener respeto por lo intocable en la vida de otros.
- Acepta y da espacio para expresar sentimientos: Llegamos al diálogo como seres con ideas y sentimientos. Aunque el espacio del diálogo no es una sala de terapia, debe dar espacio para expresar alegría, frustración, risa, enojo y llanto.
- El diálogo siempre puede continuar: Cuando el diálogo se detiene, podemos dialogar sobre otros temas, incluir otras personas, y tal vez los parámetros cambian. El diálogo se trata de comprensión mutua y no es fácil decir que hemos comprendido todo. Siempre habrán cosas que están por fuera de nuestra comprensión, y entonces tenemos que decirnos: sigamos el diálogo.
(Adaptado del texto original de Inge Eidsvåg, Nansen Academy, Lillehammer).
Últimos comunicados
Fundaciones lanzan comunidad de aprendizaje que luego creará insumos para el acogimiento familiar a nivel nacional
Pobreza Infantil, por Arturo Celedón
Lanzamos el nuevo Programa de Liderazgo para la Transformación Social