Fundación Colunga reflexiona sobre desafíos en la medición de resultados de programas sociales

11 de Septiembre, 2019
Comunicaciones Fundación Colunga

Con el objeto de fortalecer la calidad de los programas de impacto social que Fundación Colunga apoya, se realizó el conversatorio “Medición de resultados: desafío de los proyectos sociales en contexto de innovación”.

Conversatorio sobre medición de resultados.

Durante la jornada, las organizaciones que actualmente se encuentran desarrollando sus programas, respaldados por el Fondo de Fortalecimiento que entrega Colunga, pudieron conocer dos experiencias concretas de evaluación de impacto y procesos que Fundación Crecer con Todos y Fundación Panal realizaron de manera externa. Posteriormente, la presentación de estas mediciones fue comentada por un equipo de académicos de gran trayectoria, compuesto por: Teresa Matus, Directora de Trabajo Social de la Universidad de Chile; Dante Contreras, Director del Centro de Estudio de Conflictos y Cohesión Social (COES); y Flavio Cortés, Director del área de Sociedad del Centro de Medición MIDE UC.

Paulina Rojas, Directora del Programa de Desarrollo Social de Fundación Colunga, señaló la importancia de generar este tipo de intercambios de conocimiento: “El conversatorio fue un espacio de aprendizaje que permitió que las organizaciones conozcan distintos enfoques para la medición y cuenten con recomendaciones de expertos para que este proceso sea gestionado con éxito. La idea es que le agregue valor al proyecto, logrando compararse con otros estándares de referencia e impulsar un proceso de mejoramiento continuo de su efectividad“.

Valentina Wagenreld, Directora de Planificación y Desarrollo de la Fundación Crecer con Todos, presentó la evaluación de impacto del programa “Primero LEE”, el cual ya ha beneficiado a 13 mil estudiantes, y cuyo objetivo es mejorar la comprensión lectora, el vocabulario y el pensamiento crítico de niños y niñas desde prekínder a cuarto básico, articulando a todos los actores del sistema educativo (Ministerio de Educación, docentes, directivos, y alumnos). Desde su perspectiva, la experiencia dentro de su organización ha sido muy positiva, ya que el proceso de medición les ha abierto puertas para validar su quehacer y adjudicarse fondos: “La principal importancia es que permite hacer ajustes metodológicos a partir de datos concretos, porque finalmente, lo que no se mide, no se mejora”, afirmó.

En tanto, Luis Mejías, Director de Programas de Fundación Panal, planteó que la evaluación de procesos les permitió darse cuenta de que necesitaban hacer un plan de mejora interna, llegando incluso a cambiar la misión de la organización, la cual tiene por objetivo impulsar a jóvenes estudiantes para que sean agentes de cambio dentro de sus comunidades: “Hoy día Panal es totalmente diferente. Hasta yo cambié”, señaló, en tono de broma, al referirse a los grandes cambios que tuvieron que generar dentro de su estructura interna de funcionamiento.

Las presentaciones generaron un espacio de diálogo y reflexión abierta entre participantes y panelistas, donde se destacó principalmente la relevancia que tiene la elección de las metodologías apropiadas para llegar a los resultados. Al respecto, el sociólogo Flavio Cortés puso énfasis en el impacto que también pueden generar otro tipo de mediciones, como los cambios de comportamiento en los grupos beneficiados: “Uno evalúa no sólo el objetivo final, sino también los resultados intermedios. Las actitudes pueden ser medidas muy fuertes en un tránsito fluido entre lo microsocial y lo macrosocial”.

Por su parte, la académica Teresa Matus, quiso reflexionar sobre la importancia de volver a pensar en las ideas que dan origen a los proyectos, para desde allí encontrar nuevos enfoques en la medición: “Los problemas para encontrar otras formas de medición comparada es uno de los desafíos que tenemos en ciencias sociales. Yo creo que es una cuestión de precisar los efectos de la idea. ¿Qué es lo que yo, específicamente, puedo decir sobre lo que hacemos como organización? Y no sólo por incremento. También se puede medir por negatividad. Por ejemplo, hacer un tipo de comparación sobre qué pasaría si nosotros no estuviéramos haciendo lo que hacemos. Ese tipo de evaluaciones, que yo llamaría intermedia, también podrían darle robustez a la importancia de los programas”.

Desde otra perspectiva, el economista Dante Contreras rescató la relevancia que adquiere una buena gestión previa de las evaluaciones: “Hoy en día hay mucha gente preparada para hacer evaluaciones de impacto en distintas universidades y en diferentes regiones. Por lo tanto, deberíamos usar más esa herramienta. Eso significa ir a las distintas universidades, tocar puertas, tomar muchos cafés, hasta que alguien prenda. Y si uno ofrece un tipo de convenio en que se puede generar un par de aprendizajes, se benefician tanto las instituciones como los alumnos que hacen las evaluaciones”.

Finalmente, el encuentro permitió concluir sobre aspectos clave a considerar al momento de planificar algún tipo de medición de proyectos de innovación social, recalcando que cada organización hace su propio camino hacia la efectividad y que no existe una fórmula única, pero sí hay dimensiones que son compartidas por todos los programas y que reflexionar sobre ellas permitirá fortalecer y dar sustentabilidad a los proyectos.

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