Francisco Javier Gil: “Las universidades debiesen ser tan representativas como la sociedad, y eso no ocurre”

14 de Enero, 2019
Comunicaciones Fundación Colunga

El académico de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) se refiere a la inclusión en educación y a los desafíos de la academia para conectarse con el medio en el que se desenvuelve.

Foto: Iglesia de Santiago 

¿Cómo ha sido tu vinculación con Colunga?

Hace cinco años atrás nos acercamos a Colunga para poder otorgarles becas a nuestros estudiantes, jóvenes muy estudiosos de colegios muy pobres, ese es nuestro foco. Y el problema es que estos chiquillos son muy buenos estudiantes, pero tienen que trabajar y eso hace que su rendimiento en la universidad no sea tan bueno. Queríamos poder otorgar una beca tan buena como la mejor que hay en Chile, que es la beca vocación de profesor y el directorio estuvo de acuerdo.

 Eso lo hicimos con dos cohortes distintas, y pagamos también una investigación para que nos evaluaran el efecto de tener o no tener la beca. El resultado, como era de esperar, es que los chiquillos aumentan la tasa de retención, aumentan las notas, porque ellos no tienen que trabajar. El impacto de “Becas Nueva Esperanza, Nuevo Futuro” fue muy positivo, y estamos contentos y agradecidos del aporte que Colunga hizo los dos años de apoyo.

¿Cómo ves tú que es el vínculo de las universidades y las organizaciones de la sociedad civil?

Baja. La razón principal es que no nos conocemos mucho. Ellos a nosotros nos tienen distancia, como si por el hecho de haber estudiado más somos como de otra categoría, les da timidez acercarse a nosotros.

Y nosotros, las universidades, desafortunadamente nos estamos permanentemente mirando el ombligo y no vemos lo que pasa afuera de las paredes, estamos muy ensimismados: en nuestras publicaciones, en nuestro desarrollo como científicos.

Foto: Iglesia de Santiago

¿Cuál sería el valor de que se acercaran?

Todas las organizaciones tienen una especificidad: las universidades, las empresas, todas somos especialistas en algo. Y en lo que se especializan las universidades es en el saber, en el pensar, esa es nuestra tarea. Tenemos que pensar la sociedad en la cual estamos y sentirla. Si no lo hacemos fallamos. Y por el momento nos estamos pensando nosotros a nosotros mismos, el sistema nos tira para allá porque nos miden por el número de publicaciones que tenemos. Aquí en Chile que tú te vincules con el contexto no es considerado dentro de los sistemas de evaluación.

Y ¿cómo impacta esta brecha en la formación de los alumnos, en su paso por la Universidad?

Es que nosotros muy pocas veces estamos formando ciudadanos, estamos formando especialistas, profesionales en un área, no sé si formamos ciudadanos. No los formamos porque para que las universidades lleguen a ese estado, debieran ser tan diversas como diverso es el país al cual están sirviendo. Las universidades debiesen ser tan representativas como la sociedad, y eso no ocurre. Cuando lleguemos a eso vamos a tener las preocupaciones de distintos sectores de la sociedad en la universidad y se van a visibilizar.

¿Qué rol ves tú que están cumpliendo las organizaciones de la sociedad civil?

Yo creo que están cumpliendo un rol tremendo, muchas de las iniciativas como América Solidaria, Un Techo para Chile, no vienen de políticas de Estado. Los propedéuticos y el PACE no vienen de políticas de Estado, la gratuidad, que se implementó más o menos, y que tiene un montón de problemitas, pero es un paso en la dirección correcta, no nace de políticas de Estado, nace de la sociedad civil. El tema de la inclusión de personas homosexuales y lesbianas es la sociedad civil la que levanta la mano y dice aquí está pasando algo, el abuso a la mujer, el SENAME, la violencia intrafamiliar. La que está viviendo los dolores de Chile es la sociedad civil, y ellos son los que han levantado la mano.

Colunga ha destinado esfuerzos a fortalecer a organizaciones de la sociedad civil, articular y tejer redes, espacios de encuentro e innovación social ¿Hacia dónde crees que debiera ir?

Si tuviera que tomar una opción, optaría por la innovación porque hay muchas cosas pendientes todavía para para que esta sociedad sea más inclusiva, más respetuosa. Una ONG, la sociedad civil organizada, puede influir tanto para llegar al presupuesto del Estado. Entonces, si me das a elegir, lo haría en investigación e innovación, para conocer el impacto en Chile y en el extranjero. Tener evidencia y también mirar para afuera.

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