“La cooperación es la base fundamental de esta red y eso es muy reconfortante, hay un ambiente único de colaboración”
Conversamos con Natalia Rebolledo, quien nos habló sobre los proyectos que está llevando a cabo junto a su organización, para la toma de conciencia respecto al uso y reciclaje del agua, con el fin de poder educar a la población sobre la importancia de esta temática.
¿Cómo llegaste a la sociedad civil?
Después de ocho años de trabajar en el sector público, me dí cuenta que debemos apoyar al Estado desde fuera y complementarlo. Es tanto lo que hay que hacer por nuestro país, que es necesario activarnos como sociedad civil y trabajar en lo que se necesita. Muchas veces se dice que el Estado debería hacer las cosas, y resulta que nosotros también podemos hacerlo. En 2013, conocí a un equipo maravilloso que tenía un proyecto hace diez años. Reciclaban agua en las escuelas de Ovalle, me invitaron a participar y me enamoré de lo que hacían. Así, creamos la Fundación Un Alto en el Desierto en 2015.
¿En qué está trabajando la organización actualmente?
Actualmente estamos trabajando en “Innovación en el reúso de agua y su replicabilidad”, que es un proyecto que se realiza con la Pontificia Universidad Católica de Chile, en conjunto con la Fundación Un Alto en el Desierto y el Liceo Politécnico de Ovalle. Otro proyecto llamado “Agua que no has de beber, ayúdala a volver” se realiza en la comuna de Paine, en conjunto con la cooperativa de agua potable Hospital Champa. Se trabaja con dos establecimientos educacionales que cosechan agua de lluvia para regar sus huertos escolares, y con un club de socios de la cooperativa que recicla agua de lluvia en la parroquia de la localidad. Por otra parte, en la reserva ecológica Cerro Grande colaboramos con la comunidad agrícola de Peñablanca en mantener y hacer giras educativas.
¿Cuál es su mayor desafío?
Nuestro mayor desafío es impactar en los hábitos de las personas, debemos ser capaces de cambiarlos en torno a la eficiencia hídrica, que sean duraderos y se vaya innovando de forma práctica y sencilla. Es increíble, pero en comunas donde existen decretos de escasez, se sigue regando a las tres de la tarde con agua potable e invirtiendo mucho dinero en camiones aljibe. Queremos incidir en soluciones de más largo plazo. Otro desafío importante es que como sociedad sigamos reflexionando acerca de cómo se administra el agua en Chile.
¿Cómo ha sido la experiencia de ustedes en ColungaHUB?
Maravillosa. Agradecemos profundamente ser parte del HUB. Colunga ofrece por un lado, un espacio muy cómodo, bien ubicado, con excelentes instalaciones a un costo asequible para organizaciones sociales, y además, nos permite integrar una red de personas y organizaciones que vamos hacia un mismo horizonte. La cooperación es la base fundamental de esta red y eso es muy reconfortante, hay un ambiente único de colaboración. Hemos aprendido mucho de otras organizaciones, y el aprendizaje entre pares es verdaderamente significativo.