La iniciativa, que fue desarrollada en alianza con la Universidad de Chile, fue elegida número uno entre otras 474 postulaciones y tiene el mérito de que el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) nunca había sido adjudicado a un proyecto que se gestara desde la sociedad civil, la academia y lo público, para detectar y solucionar las fallas en los proyectos que se implementan en las residencias del Servicio Nacional de Menores (SENAME) y evitar que vuelvan a ocurrir.
Durante esta primera etapa, a la que se postuló en 2017 y se puso en práctica en enero de 2018, se buscaba crear un instrumento (Sistema de Alerta Temprana (SAT)) que midiera la efectividad, observando las fallas y nudos críticos que presentan los programas del Estado. Para la profesora asociada del departamento de Trabajo Social de la Universidad de Chile y coordinadora del núcleo de Innovaciones Efectivas en Política Pública (NEIPP), Teresa Matus, quien lideró la iniciativa, este cambio de mirada era tan fundamental e innovador, como “cuando se dejó de medir la pobreza solo por un tema de ingresos y se la comenzó a ver de forma multidimensional, fue ahí cuando se pudo ver la magnitud de los desafíos”.
El proyecto se gestó a partir del análisis crítico de los sistemas de atención de infancia en Chile, buscando llenar esa falta de respuesta oportuna de servicios y programas nacionales de infancia frente a: condiciones de atención deficientes, riesgos y daños de los niños/as atendidos/as, poca información a sus familias, descoordinación de servicios, desigual nivel de capacitación de sus equipos de trabajo. Las fallas en las decisiones claves de intervención, la tardanza en los ajustes, y una falta de evaluación del nivel de calidad de sus ofertas, así como la opacidad en la efectividad de sus gastos e inversiones.
Por otra parte, Matus explicó que la iniciativa no solo busca medir “la trayectoria de los programas, sino también de las niñas, niños y adolescentes que han pasado por éstos”. Según la académica, es imposible mejorar las posibilidades de surgir de un niño que, por ejemplo, ha estado institucionalizado por 12 años, si durante todo ese tiempo se le ha expuesto al mismo programa, con las mismas fallas con las que se han venido ejecutando siempre. Es por esto, que es enfática en afirmar que “cuando los programas no son los adecuados, los/as niños/as no pueden ser responsables de los resultados”.
La idea de “observar la falla” no es nueva en el mundo, pero en Chile se ha hecho -con esta iniciativa- una innovación adaptativa que ha contribuido y se ha adaptado a la realidad del país, porque no solo apunta a la trayectoria, sino que los hace con enfoque de derechos. “Interrumpir el daño y, con esto, generar un circuito de oportunidades”, aseguró Matus
La plataforma interactiva es la única en el país que permite evaluar la gestión de programas de infancia mediante un Índice Multidimensional de Efectividad. La plataforma está configurada en clave de auto observación de equipos. Es decir, los equipos locales pueden monitorear su gestión de avances o retrocesos en efectividad en las ocho dimensiones del Índice Multidimensional de Efectividad (IME).
Para la coordinadora del Programa de Desarrollo Social de Colunga, Paula Aliaga, “este proyecto tuvo muy buenos resultados, ya que es la primera vez que participamos de un trabajo conjunto y de investigación a nivel de un FONDEF” y agregó que “la articulación generó una excelente oportunidad de interconexión con diversos actores, reafirmando una de las estrategias de trabajo que promueve Colunga, que es la colaboración”.
En la iniciativa también participaron el SENAME, Corporación Opción, Chile Crece Contigo, Gendarmería y el Centro de Sistemas Públicos.
Actualmente, se está a la espera de los resultados de una segunda postulación que permita seguir desarrollando la herramienta.