El taller, en el que participaron más de 20 personas provenientes de diversas organizaciones de la sociedad civil, fue impartido por Christiane Seehausen, facilitadora y desarrolladora de proyectos del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, con el apoyo del equipo del centro noruego en Chile y la Universidad Alberto Hurtado, en colaboración con Colunga, tras alianza conformada previamente y que tuvo como resultado la iniciativa Tiempos de Diálogo.
El objetivo de esta capacitación fue fortalecer las competencias de facilitación de diálogo y transformación de conflictos en Chile, mediante el encuentro y el trabajo conjunto, con herramientas basadas en la práctica. “Quería que los y las participantes entendieran mejor el rol del facilitador, no solo a nivel teórico sino también teniendo la experiencia de facilitación. Ellas/os mismas/os pudieron estar en un proceso de diálogo y resultó muy bien porque se abrieron a una manera diferente de aprender la importancia del diálogo”, señaló Christiane. “Son personas que trabajan en organizaciones y movimientos sociales, entonces pueden seguir practicando”, concluye.
Alfredo Zamudio, director en Chile del Centro Nansen para la Paz y el Diálogo, destacó la importancia de este taller. “Los talleres Nansen son una oportunidad para practicar el diálogo” y agrega: “Nos pone muy contentos abrir espacios de aprendizaje y de encuentro, para que más personas se animen a profundizar conversaciones, porque nuestro país los necesita”.
Para los y las participantes del taller, la experiencia fue una gran oportunidad para aprender en conjunto. “Ha sido muy transformador, en el sentido de realmente experimentar una nueva forma de vínculo, más dialógico, que se experimenta con amistades, pero nunca con otras personas. Ha sido muy desafiante entender este proceso que puede contribuir a la transformación social y a la paz, para una mejor convivencia entre los grupos humanos”, relata Javiera Sánchez, encargada de Ciudadanía y Política de Elige Educar, y agrega: “Ahora me siento mucho más capacitada para enfrentar a un grupo y poder aportar con estas herramientas de facilitación de diálogo”.
Víctor Hugo Romo, integrante del Colectivo Centro Bicicultura y presidente de la Asociación de Consumidores Bicicultura ADC, reflexiona: “En un país en sano conflicto como el nuestro, en donde las diferencias se están poniendo por primera vez sobre la mesa y donde estamos logrando conocer a un otro distinto, es vital el diálogo. Del proceso rescata el valor de lo colectivo: “Destacaría de la metodología de los diálogos Nansen la capacidad de incorporar los conocimientos de la tallerista, con la sabiduría del colectivo. Hay una combinación y simbiosis perfecta y gracias a esa metodología resulta lo que acabamos de conocer. Se creó un grupo humano extraordinario de los que aprendí mucho”.
Para Lorena de Ferrari, jefa regional de Tarapacá del Instituto Nacional de Derechos Humanos, esta experiencia aporta a un camino de paz. “Vivimos la experiencia del diálogo, pudimos aprender y sacarnos de encima muchas ideas preconcebidas de lo que pensábamos que era diálogo y en realidad no lo era. Es una experiencia que sirve para la vida, que nos ayuda a avanzar en crear una sociedad con vocación para la paz y no para la discusión, el debate o la guerra. Eso es importante en estos tiempos tan revolucionados. Y la experiencia que vivimos en estos días justamente apunta a ese objetivo”.