Con la intención de proponer un un piso mínimo para la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en Chile una decena de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Colunga, coordinaron una iniciativa en la que se invitó a adherir a las personas que estaban postulando a escribir la nueva Constitución a que pudieran ser portavoces de estas propuestas en caso de obtener un escaño.
La iniciativa, lanzada el primero de marzo pasado e impulsada por Colunga, World Vision Chile, América Solidaria, Ideas por la Infancia, Fundación Para la Confianza, Infancia Primero, Fundación Santa Ana, Educación 2020, el Centro Iberoamericano de Derechos del Niño (CIDENI) y Ciudadanía Inteligente, consiguió la adhesión de 76 candidatos/as -43 mujeres y 33 hombres- con representación en 16 regiones del país.
Tras las elecciones realizadas el fin de semana del 15 y el 16 de mayo -luego del aplazamiento de las elecciones originalmente programadas para el 11 de abril- casi un 20% de las personas que suscribieron ese compromiso resultaron electas como parte de la Convención Constituyente, lo que representa casi un 10% de las 155 personas que redactarán la nueva Constitución.
The director ejecutivo de Colunga, Arturo Celedón, se mostró alegre de que el proceso histórico que vivimos nos permita soñar con cambiar la realidad de las niñas, niños y adolescentes del país. “Hoy podemos soñar con tener una Constitución con perspectiva de derechos y ética del cuidado para la niñez en Chile. Tenemos una tremenda oportunidad de saldar la actual deuda que tiene la Constitución actual con el reconocimiento y la garantía de sus derechos”.
En tanto, su par de Educación 2020, Alejandra Arratia explicó que “vemos con mucha esperanza tanto el compromiso con los derechos de la infancia de un grupo importante de constituyentes, como la configuración de la Convención Constitucional. Dada su gran diversidad y alta presencia de actores vinculados al mundo social y de la educación, confiamos en que permitirá avanzar hacia una nueva Constitución que resguarde los derechos de niños, niñas y adolescentes, entendiéndolos como sujetos de derecho hoy, y no sólo como una promesa para el futuro”.
Los cinco puntos a los que adhirieron los/as entonces candidatos/as fueron: Que los derechos de las niñas, niños y adolescentes estén expresamente mencionados en la nueva Carta Magna - hoy no lo están- , a que haya un reconocimiento explícito como sujetos de derecho, tal como determina la Convención de Derechos del Niño suscrita por Chile hace más de 30 años, a asegurar instancias de participación efectiva en la que puedan tener voz en las decisiones que impactan sus vidas, a establecer mecanismos formales (garantías) de cumplimiento de esos derechos fundamentales y a fortalecer y asegurar un piso de protección social, donde se garantice el acceso universal a salud, vivienda y educación para niñas, niños y adolescentes, además de sus familias/cuidadores/as.
En esta línea, el director ejecutivo de World Vision Chile, Harry Grayde aseguró que “creemos importante fomentar espacios para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes expresen su opinión y puedan vivir el proceso constituyente igual que los/as adultos/as, impulsando instancias donde quede patente la importancia de la participación de su participación en decisiones que les conciernen directamente” y enfatizó en que “es clave que la culminación de una etapa política que fue iniciada e impulsada por el liderazgo movilizador de los/as estudiantes secundarios/as, los considere ya que muchos/as de ellos/as dieron a conocer, de manera clara, fundada y consistente, sus aspiraciones de un cambio social profundo, relevando la conexión y compromiso que tienen los problemas que enfrentan sus familias y comunidades”.
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